Simetría

Hoy leerás un texto sobre la simetría y de cómo un lado es el inverso exacto del otro si pasamos una línea central imaginaria.  Pensarás si es que esto es posible, dudarás, tratarás de olvidarlo y volverás a darle vueltas a la idea. Saldrás a la calle y te fijarás con cuidado en la gente que camina cerca de ti. Verás que aquel hombre que vende periódicos tiene una oreja más arriba que la otra y que la guapa joven de cabello amarillo tiene caído el hombro derecho. Voltearás a ver el cielo y pensarás que no puedes ver el inverso simétrico que mencionaba el texto. Seguirás caminando y verás un charco de agua en el piso, verás una imagen especular. Verás que todo lo que te rodea está ahí dentro, en ese pequeño charco de agua. Seguirás mirando hasta descubrir poco a poco que hay una imagen completa del cielo que mirabas hace unos minutos, ahí, en ese charco de agua. Pensarás, te preguntarás si esos dos lados simétricos forman parte de una misma cosa, como cada uno de los lados de un rostro. Entonces creerás que ese cielo que miraste antes era un cielo incompleto, que lo que viste era solo la mitad del cielo. Pensarás en ti y en tu simetría y en la otra parte que se refleja en el agua. Creerás que sólo has visto la mitad de ti mismo durante toda tu vida. Sentirás miedo, te sentirás desmembrado, como si de repente alguien te hubiera partido justo a la mitad. Verás que también otros espejos pueden reflejarse en ese charco de agua, uno dentro del otro, sucesivamente. Verás que estás en un mundo donde las simetrías se multiplican. Empezarás a buscar más espejos dentro del charco de agua. Empezarás a ver los reflejos de los reflejos de los reflejos. Cada vez te sentirás más roto y verás que sólo has visto partes de las cosas y que nada de lo que habías visto hasta el momento era completo. Después de leer el texto creerás temerle a los espejos.


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