Vaporosa
Vértigo, mareo y la sensación de hundirse y perderse.
Estamos conectados por la respiración. Por un momento, la vida radica en ese
espacio.
Labio a labio, respiración a respiración. Los labios se
deslizan por la piel. Es el vapor hablando, leyendo la piel, dejando rastros.
Un velo que enciende.
Una historia trepa sobre las paredes y ventanas, gota a
gota, gemido a gemido. Cada gota es una palabra que no fue necesaria, nunca
usada. Vaporosa.
Dos cuerpos yacen en la cama, tocándose mutuamente y a sí
mismos, conscientes de la piel de cada uno. Conscientes de su respiración, ese
aire que vuelve a la vida.
Mirando el jardín a través de la ventana y a través del
tiempo. Perdida y añorando, una melancólica respiración empaña el vidrio. Todas las memorias se evaporan.