Definiciones
La vida es un
huracán cargado de fauces y plumas. En una vuelta te encaja los colmillos y te
mastica, y en la otra te envuelve y acaricia.
La noche es un
mar de alas de murciélagos que se nos viene encima. La caricia de las sedosas
alas conmueve a algunos y enloquece a otros.
El olvido es un
pantano de petróleo que todo lo engulle. De vez en cuando, las flores más
luminosas resurgen de entre sus aguas, encendidas.
El deseo es una
marea de neblina espumosa que se pega mientras aprieta la piel, que avanza
mientras cascabelea. Es el aire que se cierra.
El amanecer es
una ola de molestas hadas brillantes con cascabeles en los pies. Solo
los pájaros y el río les festejan tanta luminosidad.
El dolor es ser
habitado por un castillo con puertas que se abren y rechinan y se cierran de
golpe.Son los pasillos que caminamos sin cesar.
El enojo es una
bestia herida que corre por las venas arañando los órganos. Es una hiedra que
ahoga las vísceras. Es una cuchillada al agua.
El día es un
griterío, una explosión, un concierto de trinos, el viento que se eleva, es
alas y fotosíntesis. Va y viene, y da la vuelta.
La duda es una
marea perdida, nunca deseada, nunca esperada, nunca olvidada. Va y viene, crece
y decrece. A veces, hasta parece desaparecer.
La tristeza es
una parvada de golondrinas volando en círculo dentro del pecho. De vez en
cuando, una de ellas se estrella contra el corazón.
El sol de la
tarde es una epidemia de augurios que acaban en un atardecer rojísimo lleno de
nubes verdes. Como si esa hubiera sido la idea.
El ego es un
monstruo de apetito voraz. Ciego y sordo, perdido en un laberinto, solo sabe de
su propio tamaño y los halagos que lo alimentan.
El odio es un
pabilo buscando el sol, un volcán en el iris, un gusano enroscado bajo la piel,
la droga más dulce y la promesa más grande.
El mar es un
naufragio, un déjà vu, un sueño insomne, el silencio que retumba, el horizonte
adormecido. Es lo que somos, fuimos y seremos.