Sangre
Un río flota
dentro de mí,
sube y baja,
pesado y
ligero,
a gritos y
en silencio,
resuena y
fluye.
Escucha:
el rojo río
quiere salirse de su cauce.
Un río esta
escurriendo en aquella esquina,
puedes oír
su gotear por la noche
si pegas tu
oído sobre mi pecho
o si nadas
en la oscuridad.
Un pequeño
arroyo corre
por las
grietas de la ciudad,
pulsando.
Todos
ignoran su presencia
y su olor a
sangre.
El arroyo
continúa con su palpitar.
Un listón
férrico y espeso
sale de cada
uno de nosotros.
Se enrolla
alrededor de nosotros
uniéndonos
en un abrazo líquido.
Puedes
escuchar su sonido de cauce.
En días
húmedos,
nuestro
vibrante listón rubí
se eleva
hacia los huracanes,
tornados y
nubes volcánicas.
Brilla y
fluye,
se remonta y
escurre.
Cuando nos
besamos, hierven.
Cuando nos
tocamos, susurran.
Cuando nos
abrazamos, se mezclan.
Cuando
hablamos, fluyen.
Nuestros
ríos fluyen.
Juntos.
Profundamente.